También en España el surgimiento del movimiento del romanticismo literario estuvo fuertemente vinculado a la evolución de los sucesos históricos, y especialmente al surgimiento del nacionalismo como un fenómeno político occidental preponderante en el Siglo XIX.
Como en muchos otros componentes de la historia de la España moderna, el surgimiento del romanticismo español, se vincula fuertemente con la caída de Napoléon luego de su derrota en Waterloo; y la evolución de la sociedad española luego de la desaparición del gobierno impuesto en la península ibérica por las invasiones napoleónicas.
Las Revoluciones Francesa y Norteamericana de fines del Siglo XVIII, impulsaron el surgimiento de corrientes de pensamiento liberal, republicano y antimonárquico en casi toda Europa. Por otra parte, la oposición al bonapartismo y a las ideas republicanas, estuvo dirigida por la Santa Alianza, que apoyó a los monarcas absolutistas en los principales Estados europeos.
Cuando en 1833 muere el Rey Fernando VII, que a pesar de haberse aprobado una Constitución de Cádiz en 1812 había restablecido la monarquía absolutista, estalló en España la primera de las Guerras Carlistas, en que luego de 7 años los partidarios de que ascendiera al trono español el hermano de Felipe, Carlos V, fueron derrotados por los partidarios de Isabel, hija de Felipe.
A la derrota de los Carlistas siguió una etapa de gran inestabilidad política, pautada por una fuerte corriente antimonáquica que desembocó en la revolución de 1868 que dejó al Gral. Prim como hombre fuerte. Luego de 2 años de una inestable monarquía bajo el reinado de Amadeo I de Saboya, sobrevino la Primera República, que no alcanzó a durar un año; y que fue seguida por otro gobierno revolucionario encabezado por el Gral. Serrano.
Asesinado el Gral. Prim en 1871, el gobierno pro-monárquico de Cánovas del Castillo restableció la monarquía proclamándose rey en 1874 a Alfonso XII, hijo de Isabel y nieto de Fernando VII. La situación militar internacional de España fue altamente negativa, debiendo enfrentar la Guerra de Cuba con EE.U. y la de las Filipinas, ambas perdidas en 1898.
Cabe considerar que los comienzos del romanticismo español lo constituyen los poemas escritos hacia 1823 por José Joaquín de Mora, por entonces desterrado en Londres; a quien se señala como uno de los tres impulsores iniciales del romanticismo, conjuntamente con Alcalá Galiano y Blanco White.
A la muerte de Fernando VII retornaron a España un grupo de políticos e intelectuales liberales, y comenzó a publicarse en Madrid una revista literaria de orientación romántica, llamada “El Europeo” en que aparecen, entre otras, las obras de Mariano José de Larra. En los años de 1830 y 1840 aparecen las principales obras clásicas del período inicial del romanticismo español, especialmente las de Zorrilla, Espronceda, Bretón de los Herreros, Mesonero Romanos. Poco después aparecen las obras de Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, de Miguel de Campoamor y de Núñez de Arce.
El período de oro del romanticismo español se prolonga hasta la época de publicación del célebre “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla, aparecido en 1844; pero indudablemente, los factores esenciales del movimiento romántico permanecen firmemente arraigados, y en alguna medida, se manifiestan en buena parte de la literatura posterior.
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